viernes, 7 de diciembre de 2007

Asi comenzo Don Bosco este Sueño



En sus “Memorias del Oratorio”(1873) Don Bosco narra la siguiente anécdota que le pasó. Tenía entonces unos 30 años. Fue el encuentro que tuvo con un muchacho de nombre Bartolomé Garelli el 8 de diciembre de 1841: “En dic de la Inmaculada Concepción de Maria estuve a punto de vestirme los Sagrados Ornamentos para celebrar la Santa Misa. El sacristán, José Comotti, viendo a un joven en el lugar lo invitó para que viniera a ayudar a Misa.
- No sé – le respondió el joven avergonzado
- Ven! – le contestó el otro- quiero que ayudes a misa
- No sé – repitió el jovencito- nunca lo he hecho.
- Qué animal eres! – dijo el sacristán furioso – Si no sabes ayudar a misa ¿para qué vienes a la sacristía? Y diciendo esto tomó un plumero y le golpeó el hombro y la cabeza del muchachito
Mientras el otro (don Bosco) replicó:
- ¿Qué haces? – grité yo en alta voz- ¿Por qué lo golpeas?
- Porque viene a la sacristía y no sabe ayudar a misa
- Ha hecho mal...
- Y a Vd. ¿qué le importa?
- Es mi amigo. Llámalo inmediatamente. Tengo que hablar con él.
El muchacho llegó mortificado. Tiene la cabeza rapada, la chaqueta con manchas de cal. Es un joven inmigrante. Entonces le pregunté con amabilidad:
- ¿Has escuchado Misa?
- No – le dijo
- Ven a escucharla, luego te hablaré de algo que te va a gustar.
Terminada la misa y la acción de gracias lo llevé al Corito y yo con la cara bien alegre le hablé y le dije:
- Buen amigo, ¿cómo te llamas?
- Bartolomé Garelli
- ¿De dónde eres?
- Del pueblo de Asti
- ¿Qué oficios tienes?
- Soy albañil
- ¿Está vivo tu padre?
- No, ya murió
- ¿Vive tu mamá?
- También ella murió
- ¿Cuántos años tienes’
- Dieciséis
- ¿Sabes leer y escribir?
- No ...
- ¿Sabes cantar?
- No ...
- ¿Sabes silbar?
- Aquí Bartolomé se rió. Era lo que yo quería. Comenzábamos a ser amigos.
- ¿Hiciste la primera Comunión?
- Todavía no
- ¿Te has confesado?
- Si, cuando era más chico
- Y, ¿te vas al catecismo?
- No me atrevo. Los chicos se ríen de mi.
- Y si yo te enseñara el Catecismo ¿vendrías?
- Si, con mucho gusto
- También ¿en este lugar?
- Si, pero con tal que no me peguen
- Quédate tranquilo. Ahora que eres mi amigo nadie te tocará.
- Y cuando quieres que empecemos?
- Cuando Vd. quiera
- ¿Ahora mismo?
- Si, con mucho gusto”.
Don Bosco se arrodilló y rezó el Ave María. Sobre este hecho, cuarenta y cinco años más tarde dirá a sus salesianos: Todas las bendiciones llovidas del cielo son fruto de ese primer “AveMaría” dicho con fervor y recta intención”. Terminado el Avemaría Don Bosco le hizo a Bartolomé una primera catequesis y lo invitó a volver el siguiente domingo a otras catequesis pero trayendo algunos amigos más

No hay comentarios: